Airam González Gil

Cuando te necesité en aquellas tardes infitas tú estuviste allí,
cualquier palabra que salía de tu boca eran ánimos para mí,
aun recuerdo cuanto agradecí a Dios el haberte conocido,
y aun más se lo agradezco por sentirme ahora querido.

No hay nada mejor que alguien como tú para cambiarte a tí mismo,
mejorar en todos los aspectos, ser más fuerte y más preciso,
todo ésto no hubiese sido posible sin tus ánimos constantes,
ni siquiera yo mismo habría podido tirar hacia adelante.

Como añoro aquellos tiempos en los que nos quedábamos hablando hasta las tantas,
cuantas horas de sueño acumuladas, nunca fueron suficientes siempre volvíamos a las andadas,
y aquellas risas que nos pegábamos, solo quería ver una vez más tu sonrisa,
siempre recuerdo aquellos momentos, era una forma de olvidar mi pesadilla.

Pero ahora todo cambia, desde entonces ya no te siento como antes,
tu sonrisa se ha desvanecido, tu mirada ahora es desconcertante.

"Aun así yo siempre te mantengo presente ...,
una chica que te quiere así es la cosa más buena,
nunca olvido todo lo que haces por hacerme sentir vivo,
sin nada a cambio, solo con tu deseo de quererme sin más motivos."

Y los malos momentos, aquellos en los que discutir estaba a la orden del día,
como toda amistad y amor/odio conlleva, las frases cada vez con más rebeldía,
pero siempre llegaba la calma, ese momento en el que uno se perdona,
sin necesidad de extenderse en el texto, solo con sentirse persona.

No saber nada de tí se podía convertir en un infierno,
no escuchar tu voz o no seguir tus palabras era un vacío intenso,
después regresabas con aquella simpatía, con esa cariñosidad especial,
porque al fin y al cabo ..., tú eres la persona más esencial.

"Aun así yo siempre te mantengo presente ...,
una chica que te quiere así es la cosa más buena,
nunca olvido todo lo que haces por hacerme sentir vivo,
sin nada a cambio, solo con tu deseo de quererme sin más motivos."